Entre los días 1 y 7 de agosto de cada año se celebra la Semana Mundial de la Lactancia Materna (LM), promovida por la OMS y la WABA.
Han hecho falta años, pero se ha conseguido ir a una: dar el pecho es la opción más aconsejada, y sólo se relega (desde el equipo sanitario) en casos donde no es una alternativa. Queda como anecdótico el hecho de que, hace años, se recomendara leche maternizada en su lugar.
¿Está todo hecho?
La Lactancia, aquí y ahora
La OMS define cuatro indicadores para la evaluación de la prevalencia en LM: inicio temprano (durante la primera hora de vida), exclusiva durante seis meses, continuada durante un año y durante dos años.
Actualmente, llegará a un 80% de los recién nacidos pero: el 50% lo harán en la primera hora de vida (primer indicador y»sólo», para una recomendación que lleva vigente casi tres décadas) y el 35% la mantendrá de manera exclusiva (segundo indicador). Respecto a la continuación en 12 meses (tercer indicador):

A priori, puede sorprender que mientras que en el África subsahariana, Asia o Latinoamérica (¿tercer mundo?) la LM sea predominante y para enorgullecerse (>80%), Europa o el norte de América (paises industrializados) tengamos que sufrir una prevalencia menor del 20% (concretamente, UK tiene <1% hasta Suecia con un 16%); se salva Noruega, con un 36% en 2014, pero es que parten con una LM temprana del 99% (En la siguiente imagen, los datos a seis meses corresponden a una encuesta anterior).

Y con respecto a España: en 1999 la media de LM se situaba en los 3.2 meses; un 50% al tercer mes de vida y un 26.4% al sexto. En 2011, según los datos del INE habría un ligero aumento: 53.55% y 28.44%, respectivamente. A día de hoy deberíamos pedir que nos vuelvan a hacer la foto, a ver qué tal estamos. Aunque presumiblemente algo mejor, habría que verlo. [Según la Nota de Prensa de la Asociación Española de Pediatría para esta Semana Mundial: 80% temprana, 68% a las seis semanas, 52% a los tres meses y 36% a los seis meses, aunque no he encontrado la referencia bibliográfica que lo justifique, sólo la Nota de Prensa que han pasado a medios].
El Plan Europeo contra la Obesidad (2014 – 2020) habla del apoyo a la LM como método único de alimentación hasta los seis meses y fundamental hasta los dos años (como mínimo). Parece que todas las entidades están a favor, que posiciona a los sanitarios hacia la promoción. Entonces, ¿qué ocurre? ¿Por qué las diferencias de prevalencia? ¿Por qué se deja antes, por qué no es exclusiva?
¿Qué pone freno a la Lactancia?
El caso de Noruega es curioso. ¿Cómo consigue escapar a lo que ocurre casi por norma en los países industrializados? Con políticas de conciliación, familiares e igualitarias: Permisos parentales de entre 46 y 56 semanas o permisos de lactancia de una hora diaria fraccionados en periodos de 30 minutos (importancia de estas estrategias para la lactancia). ¿Sólo? No. Hace falta un cambio de mentalidad, y hasta de modelo de sociedad.

En Noruega se permite a las mujeres que amamanten en tiendas, o cafeterías, de manera libre. Espera. ¿Permitir? Sí: esa permisividad que debería estar intrínseca en la sociedad pero que está lejos de considerarse; lo que sí se permite es elegir a los espectadores cómo, cuándo o dónde debe una madre dar de mamar a una criatura. ¿A que dicho así queda raro?
¿En qué momento se permite que una incomodidad (¿aversión, vergüenza?) anclada en los albores del neolítico prohiba sobre algo absolutamente normal? (y perdón: sobre algo que debería estar absolutamente normalizado ya) «Señora, ha molestado y debe taparse con una servilleta gigante…«.

¿Por qué las salas de lactancia (con suerte) o denostar a un baño (muy habitual)? ¿Por qué seguir ocultando la que probablemente sea la situación más importante de los niños y las niñas en sus primeras etapas vitales? ¿Es que no existe la conciencia de que cualquier persona ha pasado por aquí, ha sido lactante?
Que pase en la calle y no se vulnere esa posibilidad también es facilitar, también es promocionar.
¿Por qué no se cumplen políticas que pide la propia OMS? Basta de culpar a una progenitora de que no aguante más, de que no cumpla unos meses. ¡Es que tiene todo en contra! ¿Por qué lo ponemos tan difícil?
Quizá es que la utopía Noruega se base en una cultura de la Lactancia Materna, que intenta no anclarse en la supuesta eroticidad de un pecho descubierto, sino en actitudes de salud y convivencia.
A lo mejor es que pone en el centro de la cuestión la salud, no el aspecto, la opinión o la imagen. Porque invertir en LM también es ahorrar futuros costes sanitarios (y ojo, se conoce desde el 2001), si ya no convence ningún otro argumento. Aunque sería triste que sólo convenciera el aspecto económico.
Por eso, la campaña de este año de la OMS y WABA tiene más sentido que nunca y debería darnos lástima que así fuera.
Y para terminar, de este artículo:
El abandono precoz de la LM (hasta un tercio de los casos en el primer mes) refleja las dificultades sociales, culturales y educacionales que impiden su instauración y mantenimiento(…). Otro momento crítico de abandono de la LM son los 4-6 meses, coincidiendo con la reincorporación de la madre al trabajo.
Apoyemos a las madres para que amamanten en cualquier momento y en cualquier lugar. Si no lo haces por la salud de la madre o de su descendencia, hazlo porque el SNS ahorra. O por educación, discrección, bienquedismo. Lo que sea. Y si no te gusta, no mires. Pero no molestes: el problema lo tienes tú. Podemos y se debe contribuir a una sociedad que facilite la Lactancia Materna.
[…] nacemos lo normal es que se nos de lactancia materna durante periodos cortos o incluso que no se nos de. Porque claro, las fórmulas de hoy en día “tienen lo que necesitamos“, ¿no?. Tú […]