Este no era el tema, ni la idea. Ni la forma de querer transmitirlo. No era el qué toca para hoy.
La humanidad entera se divide en filtros de un color, la gente que piden más o quien no quiere ninguno. Y exabruptos por todas partes.
Nadie se percata de que hay en el principio. De que hay más allá de los lazos ortográficos, culturares, religiosos o históricos. Se ha creado un mundo donde no existe igualdad de oportunidades, de circunstancias o de posibilidades. Pero si nacemos del mismo polvo, ¿no os habéis dado cuenta?
Qué lástima escribir sobre esto con rabia.
¿Y si la literatura científica, como la literatura religiosa lo ha hecho en algún momento, indicase que somos iguales como humanidad?
¿Existe algún estudio que indique que somos iguales?
Fue en la Jornada Internacional de Cooperació al Desenvolupament en el Sector Salut, la primera ponecia corría a cargo de Mercedes de Onís. Gráficas de Crecimiento de la Organización Mundial de la Salud. Conocía las gráficas, pero no cómo se habían hecho.
¿Y si resulta que cualquier niño, que cualquier niña, sean de donde sean, se desarrolla igual?
¿Y si da igual el origen? ¿Y si resulta que al nacer cualquier persona es igual a otra?
Potencial genético de crecimiento. Es decir. Me voy a desarrollar todo lo preparado que estoy (carga genética) para desarrollarme. Los altos serán altos; y los bajos, pues bajos. Pero va más allá que esto, va de que me voy a desarrollar todo lo que pueda, vaya a ser alto o bajo.
Las gráficas de crecimiento de la OMS se gestaron entre 1997 y 2003, tras un análisis antropométrico a 3450 niños y 3219 niñas, de seis países diferentes (Brasil, Ghana, India, Omán, Estados Unidos y Noruega). Fueron 26.985 – 27.853 observaciones, como mínimo, con las que se obtuvo una distribución de variables como peso para edad, talla para edad, IMC para edad,… Para muestra, un botón:


Por supuesto, es muy destacable a qué infantes se introdujeron en el estudio: de madres que elegían lactancia materna y que no fumaran. Que en aquella época, no había tantos casos como puede haberlos ahora donde muchas más (y aún así, pocas) políticas de salud pública combaten la no lactancia materna y el tabaquismo.
¿Y cuál es la conclusión?
Aquí las tenéis separadas del documento, si alguien quiere consultarlas.
Pero hay algo que va más allá de las conclusiones científicas, más que destacar que los hábitos saludables promueven un buen crecimiento, un buen desarrollo del potencial genético. El niño nacido en Muscat (Omán) crecía igual que el niño nacido en Oslo (Noruega). La niña nacida en Pelotas (Brasil) se desarrollaba igual que lo hacía la nacida en Davis (California, EEUU).
Gritemos fuerte por la igualidad, digámoslo en francés (Égalité!) o en árabe o esperanto y llegaremos a algunas personas. Pero los valores no necesitan idiomas. Basta de los #PrayFor. Olvídemonos de las razas, las tribus, las cuevas. Empecemos a pensar en la fraternidad, sea cual sea el origen. Reclamemos educarnos más en algunos valores, que no necesitan un folio sobre el que escribirlos, sólo manos con las que trabajarlos.
Es el momento del dolor, pero también de la reclamación. Pidamos respeto por la igualdad, por la humanidad. Hermanémonos con el mundo y, si queréis rezar, hacedlo por la conciencia global, ¿por qué nadie levanta las manos y se pinta en los brazos #AllEqual? (o #TodosIguales, #TousÉgaux)
Sé quién soy y de dónde vengo. Pero no qué hacer para parar un mundo loco. Y hasta que sane esa locura, sólo puedo seguir reclamando que nos sintamos iguales y que trabajemos como uno, salvando las diferencias culturales, históricas o sociales, que en nada nos influyen como especie. Que en nada influye al recién nacido, al que podríamos asegurarle desarrollar su potencial genético de crecimiento. Y vivir en paz. Y démonos cuenta de una puta vez, joder.
Cuando se nos hizo iguales. Cuando nacemos de la misma forma. Cuando es la misma sangre. Cuando somos el mismo polvo. Nos vamos todos al mismo infierno.
Ahora ve a Arabia Saudí y se lo explicas. Luego nuestros gobiernos riéndole las gracias a esos Estados totalitarios donde se pasan la igualdad por el mismo forro y financian grupos terroristas. Creo que es mejor que no siga, como bien dices la rabia también me corroe.
La cuestión no es qué país es más abierto, cerrado, centrado o defiende más o menos los Derechos Humanos. No hay que señalar a un país sobre otro.
¿Sabes cuáles son los países que hacen más caja con la venta de armas, tanto a nivel legal como en el mercado negro? Quitando a EEUU, los siguientes son Europeos (Francia y España, entre ellos). Este mercadeo armanentísico es el que financia y arma estos grupos terroristas. Sin ir más lejos, Morenés (actual ministro de Defensa español) tiene relaciones con empresas que vendieron armas prohibidas desde 2008 (bombas de racimo) con las que se masacró población civil en la Primavera Árabe en Libia o Siria.
Independientemente de quién hable qué idioma y del origen de las armas, la intención de lo de arriba es diferente. No es causar odio hacia los saudíes o hacia los estados totalitarios, sino caer en la cuenta de que no podemos permanecer impasibles mientras un mercadeo de muerte infla nuestras arcas públicas. Porque es dinero manchado de sangre mientras se hace la vista gorda.
Porque lo importante al fin y al cabo no es quién gana más o quien vive más cómodo, es que somos personas que deberían apoyarse en otras personas, cooperando, para llegar al fin que la humanidad busque. Y destruirse entre hermanos (para mí tú eres igual de hermano que cualquier otra persona, independientemente de cuál sea su origen) no es un buen fin.
Porque además de las creencias culturales, religiosas, sociales (afinidad entre personas que comparten un idioma, un origen,…) está el origen humano en sí mismo. Que somos el mismo polvo, nos engendran de la misma forma, morimos de los mismos males.
Bravo.
A ti por aguantar y pasarte a comentar 😉